La soledad de Efraín Ríos Montt
No tuve ningún amigo en el Gobierno. Uno solo no tuve.
Publicidad
No tuve ningún amigo en el Gobierno. Uno solo no tuve.
En marzo de 1990 realicé una entrevista de dos horas al general Efraín Ríos Montt, cuando se preparaba para lanzar su impedida candidatura presidencial. La transcripción inédita quedó traspapelada un cuarto de siglo, y ahora, cuando su figura es nuevamente noticia y motivo de opiniones encontradas, porque unos supuran deseo de castigo mientras otros reclaman compasión, encontré el documento memorable. Iniciamos hablando qué motivaba su candidatura, y dijo “Póngame por burro. Solo un burro se repite, y yo me voy a tropezar dos veces en la misma piedra”. Dialogamos en torno a su breve periodo de facto, cuando fue nombrado por los militares golpistas. Explicó que aceptó la responsabilidad porque “era un hombre muy dispuesto a servir a la nación, simplemente eso”, y que “acepté porque yo soy un emergente, yo no tenía programa alguno, no tenía nada preparado pero vi una necesidad, sentí la necesidad, porque estaban pidiendo auxilio
Publicidad
Publicidad