El perverso clientelismo político
El clientelismo recrea el círculo vicioso de la pobreza.
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El clientelismo recrea el círculo vicioso de la pobreza.
El clientelismo político, que es intercambio de favores (privilegios, beneficios, protección, exenciones, dinero, subsidios, influencia y ventajas en general), por apoyo político y votos, sigue siendo la única respuesta de los políticos a la profunda crisis económica que mantiene a la población condenada a la pobreza. Los políticos saben que el desempleo, el hambre y la precariedad hacen que a los “necesitados” les importe más agenciarse de un ingreso o que les “regalen” materiales de construcción, fertilizantes, comida, ropa o algo de dinero, que exigir servicios públicos (salud, educación, seguridad pública y social, justicia, infraestructura física) mejores y eficaces, aunque, a la larga, estos sean los que le garantizarán a la población una mejor calidad de vida; por tanto, con cinismo, aberración y crudeza, explotan esta realidad y se aprovechan de ella. La partidocracia tampoco se compromete con una inversión social rentable y eficaz, cuya finalidad sea
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