Gracias Jorge Vega, esto apenas empieza
Nos pone un ejemplo de naturalidad, humildad y laboriosa perseverancia.
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Nos pone un ejemplo de naturalidad, humildad y laboriosa perseverancia.
La semana pasada fuimos testigos de la determinación, precisión y perfección en la práctica del gimnasta de Jocotenango, Jorge Vega, quien con su medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Toronto, Canadá, y con su sonrisa transparente, nos llevó a lo alto de imaginar para cada joven chapín una nueva Guatemala. Jorge es el tercero en una familia de seis hermanos. Su madre Ángela López, es de esas mujeres que son como hormiguitas perseverantes, que trabajando día a día como ama de casa en hogares, logró criar a sus seis hijos con dignidad. Con la misma determinación que nos emociona de su práctica, Jorge comenta sobre su infancia y sobre su madre: “fue una infancia dura. Admiro la valentía de mi mamá por todo lo que ha hecho por nosotros. Pese a que todos éramos pequeños cuando mi papá nos abandonó, nunca se metió a malos pasos
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