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Era un grupo de apasionados estudiantes de Antropología Sociocultural de la Universidad del Valle de Guatemala -UVG-, integrado por mujeres y hombres veinteañeros en la década de los 90. Estudiaban culturas, religiones, organizaciones sociales y económicas de sociedades de Mesoamérica y el mundo. Analizaban identidades étnicas, lingüísticas y de género. Hacían trabajo de campo (observación participativa, encuestas, entrevistas y grupos focales) entre cultivos de arveja china y fresa, en talleres textiles, escuelas, aldeas. Investigaban sobre efectos socioeconómicos de cultivos, rotación laboral en maquila, calidad educativa, migración, relaciones de género. No se detenían ante el sol o la lluvia. Llevaban morrales con cuaderno, bolígrafo, tabla y grabadora. Hacían amistades en comunidades mayas, ladinas o garífunas en el altiplano, las costas, el oriente. Degustaban tortillas con las familias al calor de un poyo.
Finalizaron sus licenciaturas. Cursaron maestría y varios culminaron un doctorado en universidades de América y Europa. La mayoría regresó a Guatemala con deseos de contribuir a su desarrollo. Hoy están trabajando en periodismo innovador, prevención de enfermedades, formación en desarrollo, etnografía para cine, investigaciones transdisciplinarias sobre sistemas biomédicos y etnomédicos, proyectos para jóvenes. También están formando nuevas generaciones en la profesión antropológica.
El 18 de febrero se celebra el Día de la Antropología. Esta ciencia social se nutre de la antropología física, la arqueología, la lingüística y la antropología sociocultural para estudiar integralmente a los seres humanos en sociedad, en el tiempo y el espacio. Cuenta con herramientas teóricas y metodológicas para contribuir al desarrollo y la solución de problemas como desnutrición, pobreza multidimensional, racismo, desigualdades sociales; ello, en contextos multidisciplinarios y plurales.
En Guatemala la comunidad antropológica está aportando a la formación, investigación, gestión del patrimonio cultural, comercio justo, responsabilidad empresarial, peritaje cultural, prevención de la violencia y otros campos desde la UVG, la Usac, Flacso, Asíes, Avancso, AGHG, el Ministerio de Cultura y Deportes, asociaciones, bancos y otras instituciones. Sus integrantes incluyen mujeres y hombres con formaciones dobles en combinación con derecho, psicología, literatura y música.
La antropología en Guatemala puede contribuir más al desarrollo, pero ello requiere la convergencia de factores. La mayor incorporación de la perspectiva antropológica en los sectores público y privado generará mejores políticas públicas y respuestas de las organizaciones productivas a las necesidades del país. La atracción de jóvenes a la antropología y la dotación de becas para mujeres y hombres de diferentes regiones y pueblos favorecerá la formación universitaria en especialidades. La formación en servicio en antropología, dirigida a profesionales de salud, urbanismo, educación, conservación ambiental, contribuirá a implementar acciones públicas y privadas más relevantes y pertinentes a los diversos contextos del país.
* Dra. Linda Asturias, decana Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Valle de Guatemala.
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Añadió que la vicepresidenta entregará toda la información al director de la OMS “para que conozca y certifique este poderoso antiviral”.
En medio de esta contienda por las vacunas, y con una pandemia que ya se ha cobrado más 2,2 millones de vidas en el mundo y contagiado a más de 102 millones de personas, según un balance de la AFP el sábado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó a no dejar a los países pobres esperando hasta que los ricos inmunicen a sus poblaciones.
Le compartimos una lectura rápida a la región en tres notas:
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