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CÉSAR SOLÍS PACHECO / DPI 1661 08588 0101
No se necesita alejarse mucho de Guatemala, para darse cuenta de que aquí el precio de los medicamentos es más elevado que en Honduras y México como ejemplos, y eso concierne desde los fármacos muy especializados como los usados para el tratamiento del cáncer hasta los más comunes como es el caso de la aspirina que ahora le agregan una molécula de efedrina para venderla más cara, pero el efecto es similar. Las empresas farmacéuticas son pioneras en el mercadeo de sus productos y conocen muy bien de que para vender deben acercarse a los médicos de quienes esperan sus recetas, pero lo que más les interesa es en la venta de volúmenes grandes, y estamos hablando de instituciones como el Estado y el Seguro Social. La ética es una palabra que no existe en este negocio a nivel mundial y entonces se entra en el territorio del conflicto de intereses que es notorio y está presente. El médico ha sido y sigue siendo parte del problema al aceptar el patrocinio de las empresas distribuidoras y fabricantes, sea a una conferencia en otro país, una reunión para celebrar el día de la madre, o una simple cena. ¿Qué hacer? Pues las autoridades involucradas deben intervenir para que haya más competencia entre las empresas que se dedican a vender los medicamentos y no dejarnos en manos de dos o tres que acaparan y monopolizan su venta, y asimismo el Colegio de Médicos participar con sus agremiados en discutir y desarrollar conciencia en el tema.
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Ese síndrome ha sido registrado en 23 de cada 10 mil nacimientos en la Unión Europea en 2015, según cifras oficiales.
Luego de haberse confesado, un anónimo devolvió más de 200 monedas antiguas de propiedad del parque arqueológico de Paestum, en el sur de Italia.
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