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Gustavo Adolfo Chacón Figueroa / DPI 1730 79903 1901
Extraída de su “ignorancia enciclopédica”, el señor “Adelantado” preconizó que era obligación ciudadana obedecer a los dignatarios de la nación.
Quizá esto haya servido de oportuna animación para los mal llamados Padres de la Patria, para que, henchidos de patrio ardimiento, tuvieran el atrevimiento de embarcarse en riesgosa aventura atentando contra la institucionalidad del país.
Ebrios de supuesto poder, olvidaron que “un pueblo hace bien si obedece, pero si logra romper sus cadenas obra mucho mejor”.
La ofensiva y despreciativa actitud de estos innombrables personajes dieron pábulo para despertar al soberano, y que la plaza nuevamente cobrara vigencia, exigiendo dejar sin efecto al engendro surgido en las mentes enfermizas de los sicarios de la política.
La bestia ha sido herida, y no cesarán sus sacudidas violentas en su afán porque siga manteniéndose un estado cautivo por los tentáculos de la impunidad y la corrupción. Siendo la soberanía “el ejercicio de la voluntad general que no puede enajenarse nunca”, es nuestro deber mantener una vigilia constante para la consecución y afirmación de un verdadero Estado de derecho.
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Eliminado contra todo pronóstico el miércoles en dieciseisavos de la Copa de Alemania por un club de segunda división, el Bayern Múnich, líder de la Bundesliga, tiene la oportunidad de despertar el domingo en su estadio ante el Friburgo (8º).
Los equipos de socorro indicaron el domingo por la noche que tenían diez bolsas con restos humanos, otras diez con fragmentos materiales, así como 16 grandes pedazos del fuselaje.
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