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Lillian Irving Antillón / DPI 2211 13681 0101
Se ha desatado mucha desinformación en los medios en contra de la aprobación del Derecho Indígena (derecho consuetudinario o derecho por costumbre), en radio, televisión, medios escritos y digitales, redes sociales, etcétera.
El sábado pasado Raúl de la Horra (elPeriódico, 18-2-17) en su columna tocó el tema y opinó que la clase media se opone, pero es por ignorancia y por desconocimiento del mismo. Cualquier asociación, empresa, colegio, etcétera, tiene normas internas de funcionamiento. El Derecho Indígena es para lo interno de las comunidades, y no puede reñir con la Constitución ni con los Derechos Humanos. Es conciliatorio y ágil para dirimir conflictos. Es aplicado en el idioma de cada región.
Es necesario reconocer que los indígenas han sido marginados siempre del sistema de justicia oficial. La justicia no ha sido “igual para todos”. Ha favorecido a los grupos de poder, a los finqueros, a la oligarquía, aunque ellos expresen que todos somos iguales. El reclamo de los indígenas es legítimo: ellos luchan por la conservación de los recursos naturales como el agua, la flora y la fauna, y van en contra de las industrias que dañan el ecosistema y dejan muy poco al país.
Los indígenas cultivan la tierra, nos proveen de alimentos, nos dan de comer a todos, están protegiendo ese bien invaluable e insustituible que es el agua. Apoyémoslos y no tengamos miedo al derecho consuetudinario, que es aplicado desde siempre en muchos países, incluidos los Estados Unidos y países europeos. ¡Informémonos!
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