Jorge Rivera del Águila / DPI 1770 67772 0101

Dice el refrán bíblico que quien siembra vientos recogerá tempestades. Es lo que le sucedió al Presidente y Vice de Guatemala con el decreto imponiendo el Estado de Prevención y restringiendo garantías constitucionales, que luego todos los ministros tuvieron a la vista pero lo firmaron sin fijarse, sin leer, o lo leyeron sin entender, sin cuestionar, sin protestar. Se actuó sin ese valor humano tan útil en el buen gobierno que se llama responsabilidad. Era claramente abusivo y violatorio de la Constitución. Señores: ¡más responsabilidad!

La prensa comenta que la preparación del desafortunado decreto se la encargaron al secretario general de la presidencia. ¡Por Dios! ¿Tanta es la falta de responsabilidad? ¿A un secretario? No es a un secretario a quien se le encarga que redacte una ley de tanta importancia, una norma que va a ser de observancia obligatoria en todo el territorio nacional, que va a dar lugar a las compras directas y discrecionales, pero sobre todo que va a suprimir, sin razón alguna, derechos ciudadanos y libertades consagradas en la Constitución Política, la Ley de Leyes, la Carta Magna.

Ahora, a pagar las consecuencias. Probablemente, la próxima ocurrencia que tengan sea debidamente meditada y consultada. Los ciudadanos guatemaltecos estamos empoderados contra los abusos de autoridad. Mucho más de lo que parecen suponer nuestros gobernantes.