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Jorge Rivera del Águila / DPI 1770 67772 0101
El vocero presidencial. Primero, este funcionario nos quiere hacer creer que el Presidente no se durmió en un acto público, sino que se puso a “reflexionar”, contrario a lo que vieron nuestros ojos. Después, justifica su sueño bajo el argumento de que el mandatario tiene un horario largo y pesado, que le produce cansancio. Pero, ¿desde cuándo el cansancio induce a las personas a ponerse a reflexionar y no a echarse un pestañazo?
En su afán por quedar bien con su jefe, este portavoz defiende a los familiares del Presidente diciendo que los actos de corrupción que se les han descubierto son “privados”, cuando sabemos que fueron públicos, pues fue dinero de los contribuyentes el que se utilizó. El Vice también acude al mismo argumento, defendiendo su nepotismo con la explicación de que no puede dejar sin comer a sus familiares. Que hagan lo que quieran, pero que sea con su propio dinero. Lo demás es corrupción.
No hay razón para que las declaraciones las hagan con el hígado. El Presidente del Congreso pudo haber pedido en forma comedida a los demás diputados que votaran por el desafuero de Rabbé, también Jimmy Morales pudo anunciar en forma tranquila que está contra la “fafa” y la publicidad del Gobierno. Ni los medios ni los ciudadanos tenemos “vela en ese entierro”, ni necesitamos escucharlo hablar como Júpiter tonante.
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El actual modelo se agota y el tiempo de un cambio pacífico puede que también.
Un hombre pasea por la calle en un trineo tirado por perros. La escena puede recordar al norte de Europa, pero no. Es Madrid bajo los efectos de la borrasca Filomena. El piloto es Francisco Javier Talanco, habitual en las competiciones de ‘mushing’.
La modificación al Código Penal entrará en vigor al momento de su publicación publicada en La Gaceta, Diario Oficial.
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