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Cuando leo noticias como el rechazo de la Conferencia Episcopal de Guatemala sobre el Artículo 10 de la Ley de la Juventud, no puedo dejar de pensar en el accidentado camino que debieron tener las y los ilustrados para que las sociedades entendieran que el mundo se explicaba de otra forma, científica por cierto y, no como los señores de la Iglesia lo decían. En pleno siglo XXI se niega a las y los jóvenes acceder a la información sobre algo que hacen permanentemente. ¡Sí señores!, las y los jóvenes practican sexo, incluso las y los cristianos. Lo practican y porque nadie les educa al respecto, procrean niños y niñas que no pueden mantener, reproduciendo en muchos casos la pobreza. Es una responsabilidad del Estado informar y es nuestra responsabilidad rechazar actitudes inquisitorias a estas alturas del partido, cuando pocos, por no decir ninguno, pueden apelar a la moralidad.
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La localidad de Faro está justo en la frontera con el estado de Amazonas (norte), donde la falta de oxígeno desde hace días colapsó el sistema hospitalario
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