Los calendarios
SOBREMESA
Publicidad
SOBREMESA
En los primeros días del mes de enero, esperábamos con ilusión la llegada de los nuevos calendarios de pared, obsequiados por los establecimientos comerciales allegados a la casa y a la familia por ser clientes constantes, como la abarrotería de don Esteban Luján, la farmacia Klee, la librería Pax y el Banco Crédito Hipotecario Nacional en donde mi padre tenía una cuenta de cheques. Los calendarios eran muy útiles, pero también preciosos, según el entender de todos en casa, ya que además de las hojitas impresas con los meses, semanas, días, lunas y días de asueto impresos en rojo, tenían bellos cromos de paisajes y escenas de niños o animales muy tiernos, y se colgaban para decorar las habitaciones y estancias de la casa. Recuerdo la llegada triunfal de los almanaques de la Panadería Las Victorias. A la hora de la refacción llegaba María Morales, encargada oficial de comprar el
Publicidad
Publicidad