Desde Nicaragua
EL BOBO DE LA CAJA
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EL BOBO DE LA CAJA
Arranqué este año con un viaje de placer a Nicaragua, pero una vez ahí no quise dejar ir la oportunidad de tomarle el pulso al momento. Ofrezco un resumen en los párrafos que siguen. Desde que estalló la crisis en abril pasado ya casi nadie llega a vacacionar, de modo que la demanda de vuelos se redujo y eso hizo que el costo de los pasajes subiera hasta el absurdo. Por eso no quisimos ir en avión. En cambio, llegamos a Costa Rica y ahí conseguimos un carro. El paso fronterizo es digno de las pesadillas narradas por Kafka y Tomás Gutiérrez Alea. Los ticos aventajan al resto de sus vecinos centroamericanos en muchos ámbitos, pero su burocracia es un suplicio. La diferencia con los nicas es que aquélla te permite, al menos, adelantar algunos requisitos, mientras que para ésta última es obligatorio someterse ahí mismo a todos
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