Cara de pendejos
follarismos
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follarismos
Es cierto que a veces tenemos cara de pendejos, pero me gusta pensar que no lo somos, que en el fondo no lo somos, y que si bien hay ocasiones en que lo parecemos, podríamos redimirnos todavía cuando el gobierno o el CACIF, o las Iglesias evangélicas, o todos juntos, intentan darnos atole con el dedo para que comulguemos con ruedas de molino, es decir, para que nos traguemos sin rechistar las boludeces, payasadas y decisiones de la juntita militar que dirige al títere que preside los destinos de esta fincota, o para que aceptemos sin abrir la boca las decisiones que los grupos mafiosos del Congreso quieren implementar en estos días para, en nombre del derecho, desbaratar el precario Estado de derecho que, si bien no lo es del todo, es lo único que tenemos para asemejarnos a una democracia. Atole con el dedo es, entre otras cosas, lo
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