Carta a un amigo que escribe desde ultramar
EL BOBO DE LA CAJA
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EL BOBO DE LA CAJA
¡Qué bueno saber de vos después de tanto tiempo! Te cuento un poco de mis huesos. Nuestro tiempo en Etiopía llegó a su fin: Virginia y yo estamos de vuelta en América Latina desde hace algunos meses. La vida en este país tropical es tan apacible y el vecindario tan modélico (y yo tan paranoico, tan avenido a los balazos al aire, los asaltos, las extorsiones y los cuerpos descuartizados) que a veces me siento en una realidad paralela, a medio camino entre The Truman Show y Funny Games. Las vecinas pasan en minifalda saludando con la mano y yo las veo por la ventana imaginándolas transfiguradas, motosierra en mano, decapitando al novio. Estoy enfermo, lo sé. Pareciera que la paz y la armonía no son lo mío. Echo de menos la nota roja y las llamadas de los homies –aquellos que entrevistamos, ¿te acordás?– telefoneando desde la
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