Casa de muertos
lucha libre
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Me gustan los cementerios. Me encanta perderme entre los nichos y deambular entre las tumbas. Caminar y conocer los camposantos es una forma de acercarse a los pueblos. Parte del pasado y de la cosmovisión de la gente se encuentra plasmada en la forma de interpretar y aceptar la muerte. Cuando mis hijos eran más chiquitos solíamos caminar por en medio del cementerio de Panajachel. Solíamos ir leyendo en voz alta los nombres de los difuntos. Al nombrarlos sentíamos que los traíamos de nuevo a la vida. Pasábamos por ahí antes de ir al lago, recordando brevemente lo cerca que estamos de la muerte. De ese cementerio lo que más me gusta son las pinturas que muestran las profesiones de los difuntos. La tortillera, el motorista, la señora del banco, el ebanista y hasta el “chaletero” están representados con dibujos que los muestran en plena acción profesional. Tengo también especial
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