De jazz y garífunas
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Afortunadamente hubo público. Desafortunadamente tocaron gratis. Pero así suelen ser las actividades que organiza la Municipalidad de Guatemala, donde el artista hace el trabajo y la alcaldía recoge los aplausos y felicitaciones. Me refiero al concierto clausura del XIX Festival del Centro Histórico que tuvo lugar el sábado 20, en la Plaza Central. Esa noche fue la presentación del grupo Jazzimba y el debut del Ensamble de Percusión Garífuna, procedente de Livingston, Izabal.
Jazzimba es un grupo que desde su inicio se ha desmarcado del resto de bandas de jazz, al incluir cajón (sustituyó la batería) y marimba. Elementos ambos que le definen acústico pero también –en particular con la marimba– pertinente y original. Por supuesto, hasta ahora pudo ocurrir que el instrumento nacional ocupara un lugar privilegiado en la escena del sincopado e improvisación porque hasta ahora hay un marimbista de sobrada técnica instrumental y arriesgado como Fernando Vásquez, actual director de la Marimba de Concierto de Bellas Artes. El resto de integrantes (dos terceras partes de Malacates Trébol Shop), Jacobo Nitsch, Alejandro Álvarez (bajo acústico) y Leonel Hernández, permiten ofrecer su versión de jazz con las posibilidades que el instrumental faculta, incluso enfrentar el repertorio clásico de la marimba guatemalteca. Jazzimba va por buen camino. Seguro ayudará a renovar lo hecho hasta ahora en materia de jazz en Guatemala.
En cuanto al debut del Ensamble de Percusión Garífuna, fue un derroche de poderosos ritmos. En parte gracias a las gestiones de Fundadela (Fundación Amigos del Arte) que buscó otros apoyos para traer a 27 jóvenes músicos más ocho bailarinas. El público tuvo la oportunidad de escuchar sus herramientas sonoras, desde tortugas, conchas y las claves hasta parte de la familia de esos tambores ancestrales. Niños desde ocho años hasta jóvenes de 20, tocando bajo la guía de su profesor y director Luis Marcial, una amplia variedad de ritmos desde la punta hasta la parranda. Esta vez no vinieron los 63 que conforman toda la escuela, pero imaginemos, ¿qué pasaría si el ensamble completo realizara una gira por todo el país? Seguro, cada lugar de la gira sería una fiesta y un descubrimiento-encuentro que daría enorme vida al tejido multicultural que poseemos.
mondosonoro2003@yahoo.com.mx
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