La carrera criminal de Max Alberto Estrada Linares llegó a su fin el 31 de octubre pasado. El juez Henry E. Hudson, de la Corte del Distrito Este de Virginia, lo condenó a 282 meses de prisión (23 años y medio) por haber liderado –desde la Empresa Portuaria Quetzal (EPQ)– una organización centroamericana que traficó más de tres toneladas y media de cocaína. Pudo ser peor, sus crímenes cumplían los requisitos para una cadena perpetua. Junto con Estrada Linares fueron condenados sus cómplices guatemaltecos Paulo César Montenegro Arévalo y Brayan Alexander Gramajo Jolomna, ambos a 210 meses de prisión; y el mexicano Edgar Antonio Quiñónez Salazar a 300 meses de cárcel. SINDICALISTAS Y NARCOS Estrada Linares ingresó a la Empresa Portuaria Quetzal (EPQ) en 2003. En aquel entonces tenía 22 años, su primer puesto fue en el área de carga. Dos años después, en 2005 fue nombrado Secretario de Trabajo