Birmania fue escenario el lunes de un golpe de Estado, con vehículos blindados en las calles y manifestaciones de algunos partidarios del ejército, una toma del poder sin violencia ni presencia militar masiva que sin embargo puso fin en pocas horas a la joven democracia en el país. «Es extremadamente estremecedor», «no quiero un golpe militar», se podía escuchar en las calles de Rangún, la capital económica con más de cinco millones de habitantes. Todo ocurrió en pocas horas. Poco después de las 03H00 de la madrugada, los observadores detectan interrupciones en las telecomunicaciones y el acceso a internet. Cuando…