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En Alemania se registran las primeras señales de preocupación pocos días después de decretarse el comienzo de un regreso paulatino a la normalidad ante la pandemia de coronavirus, en momentos en que otros países, como Francia y España, también empezarán el desconfinamiento.
El Instituto Nacional de Virología Robert Koch, encargado del monitoreo de la pandemia, informó este domingo sobre un aumento de la tasa de infección, por encima de la considerada potencialmente peligrosa, de 1 a 1,1.
Esta tasa, llamada de “reproducción”, mide la media de personas que alguien infectado por covid-19 contaminará de su lado. Un índice menor a 1 sugiere que la cantidad de infecciones en el país tiende a disminuir, en tanto que por encima de este número señala un alza.
Esta cifra pasó de 0,7 a más de 1 en apenas unos días.
No obstante, el instituto advirtió que todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones, pero en un informe indicó que las cifras de infección deben “ser controladas muy de cerca en los próximos días”.
Este domingo, Alemania registraba un total de 169.218 contagios, con 667 nuevos casos en las últimas 24 horas, lo cual es relativamente bajo respecto al promedio de las últimas semanas.
La cifra de muertes ha sido de 7.395, es decir, una tasa del 4,4%, inferior a la de la mayoría de los otros países más afectados por coronavirus.
En este contexto, las autoridades anunciaron el miércoles un regreso paulatino a la normalidad en el país, tras un comienzo de desconfinamiento desde el 20 de abril, en particular con la reapertura de escuelas primarias y restaurantes.
Los nuevos focos de contaminación son hogares para ancianos y establecimientos de transformación industrial de carne, que emplean a trabajadores extranjeros, a veces en condiciones de higiene dudosas. Varios de estos lugares han sido clausurados y se ordenó realizar pruebas de detección masivas en este sector.
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En la situación actual, no tomarse en serio las medidas de prevención equivale a jugar con fuego, sabiendo bien, cómo ocurrió la primera, la intensidad y extensión de las quemadas resultantes.
La guerra civil, que se produjo por la injusticia social, el cierre de los espacios de participación política y la represión militar, dejó más de 75.000 muertos, 7.000 desaparecidos y pérdidas millonarias a la economía.
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