Casi un millón de personas piden cambios sociales en Chile
Pensiones bajas, precariedad en salud y educación, son algunas de las causas que reivindican en las calles.
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Pensiones bajas, precariedad en salud y educación, son algunas de las causas que reivindican en las calles.
Casi un millón de personas coparon ayer todas las avenidas hacia la céntrica plaza Italia en Santiago, exigiendo reformas de un sistema económico que consideran desigual y coreando lemas contra el gobierno por afrontar con militares el peor estallido social en Chile en tres décadas.
La protesta estudiantil iniciada hace una semana contra el aumento del metro derivó en una crisis social en Chile. Bajas pensiones, precariedad en salud y educación, una desigualdad crónica o la poca empatía de la clase política, son algunas de las causas que reivindican los chilenos en una ola de protestas que se ha convertido en una suerte de catarsis nacional sin final a la vista.
Diferentes sectores de la sociedad arribaron ayer a la plaza Italia y sus alrededores, portando banderas de Chile y carteles con distintas consignas contra el gobierno del presidente Sebastián Piñera.
Camioneros y automovilistas congestionaron ayer las carreteras que unen Santiago al resto del país para reclamar una baja en las altas tarifas del sistema de peajes. En su paso por el palacio presidencial de La Moneda, miles insultaban al presidente y a los militares que acordonan esta zona del centro de Santiago.
Incidentes aislados
Ayer, incidentes aislados rompieron por tramos la impactante postal de la marcha. Frente a La Moneda, sede del gobierno, las fuerzas de seguridad lanzaban agua, gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los manifestantes, constató la AFP.
“El baile de los que sobran”
Las concentraciones de Santiago y otras ciudades muestran un rostro festivo donde los temas El baile de los que sobran y Por qué no se van, que hicieron famosa a la agrupación de rock chilena Los Prisioneros cuando Pinochet gobernaba con mano dura la nación sudamericana, suenan en boca de miles de veinteañeros eufóricos que no temen el toque de queda ni a los militares en las calles. –AFP
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