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El presidente Evo Morales se juega desde ayer sus últimas cartas frente a las elecciones del domingo en Bolivia, las más difíciles en sus 13 años en el poder, desafiado por Carlos Mesa, quien cierra su campaña sumando apoyos al advertir contra la deriva autoritaria del líder izquierdista. En la campaña que culminó ayer la oposición cuestiona sobre todo la intención autocrática de Morales al buscar una tercera reelección después de haber perdido en 2016 un referendo en el que la ciudadanía rechazó se postulara a elecciones. Sin embargo, seguidores y adversarios de este exlíder cocalero de izquierdas reconocen que su modelo económico, propiciado por la época dorada de las materias primas gracias a las compras de China, abrió en este país exportador de gas natural un largo capítulo de bonanza. Una misión de observadores de la OEA en el país llamó a mantener la armonía, tras una escalada de
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