El paso vehicular y peatonal se congeló durante unos 40 minutos en la garita de San Ysidro mientras cientos de policías y soldados estadounidenses realizaban un «ejercicio a gran escala de rapidez operacional», según los términos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, una agencia que combate el narcotráfico, terrorismo y tráfico de personas. Una línea de vanguardia, formada por decenas de policías con cascos y armas largas, miraba hacia territorio mexicano al tiempo que un batallón de policías antimotines ensayaba su despliegue con gritos y ademanes frente a la ondeante bandera estadounidense. En simultáneo, un grupo de soldados con uniformes color arena -a tono con el suelo desértico de la zona- detonó cohetes que desprendieron un picante gas blanco. Varios helicópteros sobrevolaban la frontera, que previamente había sido reforzada con barricadas metálicas y entramados de púas. «Si se llega a un nivel en el que