¿La histórica cumbre en Singapur le valdrá a sus protagonistas, el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano Kim Jong-un, el premio Nobel de la paz? Posible, pero prematuro, estiman los expertos, que recuerdan que el Nobel «no es un premio para santos». Trump y Kim firmaron en Singapur un documento que reafirma el compromiso de Corea del Norte para una «desnuclearización completa de la península coreana», un desarrollo que algunos querrían que sea recompensado con el Nobel de la paz. Pero los especialistas del Nobel son prudentes sobre el tema, en particular por la personalidad de los dos protagonistas: uno pateó el tablero de la diplomacia internacional, haciendo que Estados Unidos incumpliera el acuerdo con Irán, el otro reconocido culpable de numerosas violaciones a los derechos humanos. «Es muy pronto», dijo Asle Sveen, historiador del premio Nobel. «Pero si desembocase en un desarme real en la península coreana, sería muy difícil no dar el