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AFP –El Gobierno español tomó las riendas del poder en Cataluña sin hallar resistencia del destituido presidente independentista Carles Puigdemont, que ayer viajó a Bruselas después de recibir una querella por rebelión y sedición. Ayer fue el primer día laborable desde que el Parlamento de Cataluña declaró la independencia el viernes y el gobierno de Mariano Rajoy adoptó medidas destinadas a controlar la región –que gozaba hasta ahora de una amplia autonomía–, dos acciones sin precedentes en la España moderna. En un ambiente de gran incertidumbre, todos esperaban ver si Puigdemont se resistiría a abandonar el cargo. Durante horas, decenas de periodistas aguardaron su llegada a la sede del gobierno regional en Barcelona. Pero no apareció. ¿Dónde está Puigdemont? era la pregunta en boca de todos. “Está en Bruselas”, afirmó una fuente gubernamental española. El diario catalán El Periódico dijo que había ido con algunos de sus consejeros (ministros regionales)
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