El peligro de ser joven en un país violento
Las cifras de deserción escolar aumentan ante el acoso de las pandillas a los jóvenes y niños.
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Las cifras de deserción escolar aumentan ante el acoso de las pandillas a los jóvenes y niños.
Ser joven en El Salvador es un peligro. Los jóvenes son el blanco predilecto de la violencia de las pandillas y son también la cantera de la que estas organizaciones criminales alimentan sus filas, que viven siempre al filo de la muerte. Sobrevivir en este contexto es un arte que se aprende: desde seleccionar el autobús adecuado para viajar y la escuela donde se estudia hasta los lugares de recreación, son decisiones importantes para eludir la violencia. Bajo tales presiones viven 1.7 millones de menores de 29 años en un país cuya población total es de 6.3 millones. “Los adolescentes y jóvenes siguen siendo los más vulnerables a la violencia criminal, particularmente a los homicidios y otras formas de violencia social, e intrafamiliar”, advierte la directora del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana (UCA), Jannet Aguilar. En agosto, el país vivió el mes más violento de las últimas
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