El fisiculturista, actor y entrenador personal británico fue embestido por vientos de 145 kilómetros por hora y se salvó de morir luego de caer desde 6 mil 500 metros, ya que su parapente se quedó trabado en un árbol y eso impidió el impacto. Cullingworth quedó colgando de las ramas hasta que un amigo y los servicios de emergencia llegaron a rescatarlo. “Pensé que eso había sido todo, y que me iba a morir”, aseguró Cullingworth, quien agregó: “Golpeé los árboles, pero aparte de los arañazos, no sufrí otro inconveniente”. El hombre de 44 años se encontraba de vacaciones en Turquía y es la segunda vez que ha tenido un roce con la muerte, ya que en 2006 se rompió la espalda en cuatro partes por otra caída en parapente. Sam afirmó: “Ingresé en una espiral profunda que me envió volando a 90 millas por hora. Era como estar en una montaña