Reos califican cárceles en la red
Tras ser liberados los detenidos tienen herramientas de Internet para describir las cárceles y las dificultades cotidianas de estos lugares.
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Tras ser liberados los detenidos tienen herramientas de Internet para describir las cárceles y las dificultades cotidianas de estos lugares.
En la prisión de Rappahannock, en Virginia, este de Estados Unidos, “los muros necesitan una gran mano de pintura”, cuenta Shane S., un exdetenido que se apropia de los códigos de un sitio de calificación de hoteles y restaurantes para referirse al universo carcelario.
“Y la cama es realmente incómoda”, agrega Shane, quien bajo una aparente liviandad de tono esconde una actitud militante y también pragmática en favor de una mejora de las condiciones de detención.
Pocas informaciones se filtran sobre la vida cotidiana en las cárceles, explica David Fathi, de la ACLU, la mayor organización de defensa de los derechos individuales de Estados Unidos, al destacar la ausencia de un organismo independiente que pueda evaluar el estado de las penitenciarías del país.
Ahora, tras su liberación, los detenidos tienen a disposición nuevas herramientas de Internet, como los sitios Yelp o Google Review, para describir las dificultades cotidianas en la cárcel.
Johnny W. catalogó con una estrella sobre cinco a la prisión del condado de Berks, en Pensilvania (este).
“Los guardias pueden ser divididos en dos categorías”, indica. “El grupo A está integrado por personas que pude haber conocido en la calle o en la escuela. El grupo B es una raza híbrida y extraña de extraterrestres que probablemente consideran a Hitler como su modelo”, señala. Algo positivo hay en esa cárcel, apunta Johnny: “la comida la sirven en abundancia. Aumenté casi 10 kilos en los cien días que pasé en esa cárcel”.
“Toda información que nos abra una perspectiva sobre este universo cerrado puede ser útil”, estima David Fathi, director de un proyecto sobre las prisiones en la ACLU.
“Estas fuentes informales pueden contribuir a alertar a la población sobre los problemas que encontramos en estas instituciones”, agrega. Sin embargo, Fathi no sabe si estos comentarios, cuyo número no cesa de crecer, ya han sido utilizados por las autoridades para investigar, por ejemplo, algunos abusos.
“Sería bueno que los guardias de las prisiones tuvieran la misma capacidad de reacción que los propietarios de restaurantes” en caso de críticas negativas o de malos comentarios, señaló el activista.
Al apropiarse de sitios en los que habitualmente los internautas opinan sobre su experiencia en hoteles, comercios u otras atracciones turísticas, el tono de los detenidos oscila entre lo negro y la ironía. También en el Reino Unido los reos han adquirido el hábito de intercambiar opiniones, consejos y críticas sobre sus condiciones de reclusión.
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