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> Una lección aprendida en las viejas películas de policías y ladrones es que los facinerosos, debido a la torpeza, el apuro o a la impunidad que creen poseer, siempre van dejando marcas o pistas de sus fechorías, muchas de ellas casi imperceptibles, pero que al final resultan ser fatales y los colocan en manos de la justicia. Es el caso de José Luis Benito, Tamalón, el célebre guardián de las tamaletas descubiertas por la FECI en La Antigua Guatemala con Q122 millones en efectivo, un caso por el cual él mismo se entregó hace unas semanas a las autoridades.…
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