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Los ultras que no lo quieren, porque nunca se plegó a sus intereses ni les puso atención, están difundiendo en las redes sociales que el embajador Luis Arreaga ha sido destituido por su gobierno. Y se ponen la medallita como que hubiese sido producto de su cabildeo. Nada más lejos de la verdad. El señor embajador se irá a finales del año porque le corresponde jubilarse y sostendrá la peña hasta que los comités de la Cámara de Representantes (dominada por los demócratas) y el Senado (con mayoría republicana) aprueben al designado por el Departamento de Estado. Eso puede ser rápido, digamos cinco meses, o más. Los informes que nos llegan de Washington indican que el seleccionado no viene de Colombia, como se ha desinformado, pero que sí viene con chicote en mano contra narco-políticos y políticos corruptazos. En el lapso de un año, los detractores de Arreaga lo van
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