Publicidad
> Roxana Baldetti llegó al Centro Médico Militar con una sola idea, huir. El Inacif dijo que no era necesario ese traslado, pero el juez Gálvez lo ordenó, como se observa en la foto. El miedo del juez era que la gente de Lima (los guardias penitenciarios en huelga) le hicieran daño. La gente pagada del Centro le hizo todo tipo de exámenes para encontrarle algún justificante que la dejara recluida varios días, mientras los milicos, enviados por el ministro de la Defensa, sospechosamente impidieron que los personeros del Sistema Penitenciario se acercaran a ella. Pasaron dos horas, en las que Baldetti estuvo sola, antes de que la jueza realizara la exhibición personal. La jueza recibió más quejas de la ex vicepresidenta sobre lo mal que la trataban en la cárcel, que de sus achaques. En la cárcel para mujeres Santa Teresa, la Baldetti se sentía incómoda y hasta humillada,
Publicidad
Publicidad