El “boom” inmobiliario en EE. UU. resalta desigualdad
En octubre la venta de casas usadas llegó a su nivel más alto desde comienzos de 2006.
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En octubre la venta de casas usadas llegó a su nivel más alto desde comienzos de 2006.
El mercado inmobiliario de Estados Unidos está en auge pese a la crisis del coronavirus, pero el insaciable apetito por viviendas disparó los precios y destruyó el sueño de la casa de propia de muchas familias de modestos ingresos.
“Es una historia de ricos y pobres”, dijo Dana Scanlon, una agente de bienes raíces de Washington. En un intento para mitigar los daños de la pandemia en la mayor economía del mundo, la Reserva Federal recortó en marzo casi a cero las tasas de interés.
Como explica Scanlon, “eso dio un gran impulso al poder de compra de quienes aún tienen empleo … donde pueden trabajar desde casa”.
Para muchos, agregó, hasta significó “un leve aumento del ahorro” debido a la disminución de los gastos de ir y venir al trabajo y comer fuera de casa, dice.
Eso significa que algunas familias tienen más dinero como para mejorar su vivienda o, incluso, hasta para comprar una segunda.
Con muchos empleados de cuello blanco considerando trabajar a mediano plazo solo en forma remota y con niños asistiendo a clase por Zoom, la pandemia estimula la demanda.
El aumento de la compra de casas sorprendió a expertos del sector que aún recuerdan cómo el mercado inmobiliario tocó fondo en la gran crisis de 2008/2009.
– “Pirámide” de compradores –
“Hay una cierta clase de pirámide, o escalera, de compradores”, afirma Scanlon. Quienes viven en un monoambiente buscan un apartamento de un dormitorio y quienes tienen un apartamento de un dormitorio buscan una casa en los suburbios.
En octubre la venta de casas usadas llegó a su nivel más alto desde comienzos de 2006. El mes pasado se revendieron 6.85 millones de viviendas, contra 6.54 del mes pasado.
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En la situación actual, no tomarse en serio las medidas de prevención equivale a jugar con fuego, sabiendo bien, cómo ocurrió la primera, la intensidad y extensión de las quemadas resultantes.
Nuestros cuerpos y el planeta son uno mismo.
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