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En 2014, los fabricantes de Ecofiltro recibieron una carta en la que se leía: “Es increíble el impacto que ha tenido en la salud de los niños”. Colocar ecofiltros en la escuela Quisaché, ubicada en una aldea con el mismo nombre del municipio de Acatenango, Chimaltenango, redujo en un 82 por ciento la inasistencia de los alumnos. Philip Wilson, CEO de la empresa, recuerda que dos años después regresaron al lugar para dar seguimiento a los resultados y el entusiasmo que sintió en ese momento le brindó la energía para crear el programa educativo Ecofiltro en mi Aula. A partir de esa fecha ha beneficiado a más de 950 mil niños y adolescentes de más de 5 mil 500 escuelas del área rural con la donación de 35 mil ecofiltros. Este año tenía previsto atender a establecimientos públicos de los 22 departamentos con mayor incidencia en Jalapa, donde hay reportes
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