Las astronómicas cifras del dinero sucio que circula por los bancos más importantes del mundo, recogidas en la investigación internacional de los Archivos FinCEN, muestran que se necesita un arsenal de sanciones más disuasorias para combatir el flagelo, estiman los expertos. Existe una legión de casos: desde Danske Bank hasta la «lavandería rusa» pasando por el fondo soberano de Malasia 1MDB y los Luanda Leaks. Las sumas citadas en la investigación «son asombrosas», señala Nienke Palstra, de la asociación anticorrupción Global Witness. Los «Archivos FinCEN» revelados este fin de semana por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) analizan miles de informes de actividades sospechosas (SAR) transmitidos por los bancos a las autoridades financieras estadounidenses: suman 2 billones de dólares entre 1997 y 2017. Lo que demuestra, según Palstra, el fracaso de las distintas legislaciones y órganos establecidos para luchar contra el flujo de dinero sucio durante los últimos