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Geldi Muñoz Palala • elPeriódico — Las remesas obstaculizan la transformación de la economía nacional, porque, aunque traen beneficios no generan el desarrollo esperado. Es parte de las conclusiones del libro Hacia un Salto Cualitativo, Migración y Desarrollo en México y el norte de Centroamérica, elaborado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Dirk Bornschein, investigador-compilador del estudio, refirió que cuando los migrantes envían dinero para sostener a las familias, este entra a la economía nacional y al final no tiene el efecto querido.
Refirió que la estructura económica que se tiene en Guatemala no ayuda a superar la pobreza; expulsa a las personas, estas mandan remesas, las cuales quedan en los mismos sectores: importador, banca y telecomunicación.
La antropóloga Aracely Martínez explicó que los migrantes generan prácticas que contribuyen con mejorar las condiciones de vida de los beneficiarios, pero no son suficientes para catalogarlas como desarrollo transformador, puesto que las condiciones estructurales permanecen igual.
“La migración no se puede controlar, pero si se pueden generar estrategias de beneficio”.
Fernando Neira, analista del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM.
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