CABI: país sin políticas para incentivar la actividad agrícola
Los costos logísticos, del salario mínimo y la política monetaria son los que deben resolverse a nivel local.
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Los costos logísticos, del salario mínimo y la política monetaria son los que deben resolverse a nivel local.
La contribución de la actividad agrícola en la economía del país es del 21 por ciento en promedio, pero agregando su participación en la industria de alimentos el aporte se incrementa al 59 por ciento. Es decir que de cada Q60 de Q100 que se producen en Guatemala están vinculados a estos dos sectores.
Así explicó ayer la “huella del agro nacional” en la economía Paulo de León, socio del Central American Business Intelligence (CABI), al presentar el estudio elaborado para la Cámara del Agro (Camagro).
La facturación del sector el año pasado alcanzó los Q72 millardos pese a que se tiene un entorno adverso y se carece de una política que incentive la actividad agrícola, explicó.
Adversidades
El mal estado de las carreteras, la política laboral y la política monetaria son algunos de los factores que restan competitividad y limitan que el sector agrícola se fortalezca. “Las cifras demuestran que el agro es básico para mover al país”, indicó De León al referir que es la principal actividad productiva en varios departamentos, en donde su aporte sobrepasa el 21 por ciento promedio nacional.
El mal estado de las carreteras incrementa el costo logístico para los productores agrícolas, así como el nivel del salario mínimo, el más alto de la región, y las políticas monetarias que le restan dinamismo a la economía, dijo el investigador del CABI.
El 70 por ciento del costo en las actividades agrícolas son por temas de logística y mano de obra, explicó Nils Leporowski, presidente de la Camagro.
La propuesta de salarios diferenciados y contrataciones de tiempo parcial siguen sin avanzar, mientras que en otros países se tienen salarios por actividad económica, grado académico o a partir de distribución geográfica para mejorar la competitividad, explicó De León.
Leporowski agregó que la tendencia de los precios internacionales de los principales commodities está afectando al café, hule, palma africana y azúcar. “Esto y los retos internos son preocupaciones por el impacto grande que tienen”, explicó.
La actividad agrícola genera entre 5 y 6 millones de empleos directos e indirectos, por ejemplo, en el sector cafetalero se tiene participación de más de 100 mil pequeños productores individuales.
Crisis portuaria
En US$35 millones se calculan las pérdidas por los problemas de la Empresa Portuaria Nacional Santo Tomás de Castilla (Empornac). Se han generado “colas” y una situación que debe considerarse como una “crisis”, dijo Leporowski.
El empresario consideró que mediante el diálogo con el Ejecutivo y la Portuaria se logré realizar la inversión en maquinaria y repuestos por Q257 millones que se tiene previsto. En tanto, se realizan estas compras, la posibilidad de que la Empornac logre contratos por arrendamiento para solucionar el problema sería una salida, agregó.
La crisis en la Empornac llevó a que las navieras Maersk y SeaLand cesaran operaciones.
Q72
millardos facturó el agro en 2017. A la industria de alimentos se le proveyó cerca de Q36 millones.
Q17
millones de la producción agrícola fueron animales vivos como aves, reses y cerdos.
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