Trump, Clinton y sus dudas del libre comercio
Pese a los comentarios de Clinton y Trump, en Guatemala confían que la relación comercial seguirá como hasta ahora.
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Pese a los comentarios de Clinton y Trump, en Guatemala confían que la relación comercial seguirá como hasta ahora.
El debate de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton y Donald Trump, desveló un tema sensible para la región: el intercambio comercial con México y Centroamérica.
En un momento del debate, el candidato republicano atacó a Clinton diciéndole que ella había apoyado varios TLC durante el tiempo en el que fue senadora. Ante esta afirmación, Clinton respondió rápida y efusivamente diciendo que había votado en contra del TLC entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-CAFTA).
El ministro de Economía, Rubén Morales, comentó al respecto que un país está en su derecho de denunciar cualquier tratado comercial con el fin de romperlo. Pero aclaró que esperan que esto no suceda y continúe la política comercial con Estados Unidos como hasta ahora, para seguir la apertura comercial y el aprovechamiento mutuo de los beneficios.
Por aparte, Trump también tuvo un recado para sus socios comerciales, pero en su caso el centro de su ataque volvió a ser México como a lo largo de su campaña, criticando el TLC que su país tiene con su vecino del sur y con Canadá (NAFTA, en inglés).
Juan Pablo Carrasco, vicepresidente de la Cámara de Comercio Guatemalteco Americana (AmCham) explicó que los socios de la agrupación empresarial esperarían que el acuerdo comercial quede como esté “gane quien gane”.
“Creemos que la principal preocupación de EE. UU. es con el Nafta y tendría mayor riesgo México”, explicó Carrasco.
Comercio sin inversión
El DR CAFTA cumple este 2016 su décimo año de estar en vigencia, pese a la caída de 7.4 por ciento. A julio los envíos a esa nación representan el 33 por ciento de las exportaciones.
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Nayib Bukele, el joven presidente que dio el domingo el tiro de gracia al bipartidismo arraigado en El Salvador durante tres décadas, dominará a partir de mayo el Congreso a través de una mayoría aliada para impulsar su gestión.
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