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Tanto los guatemaltecos decentes, como observadores financieros internacionales, tienen claro que la decadencia institucional y el pobre clima de negocios de Guatemala es una limitante infranqueable en la atracción de (buenas) inversiones en el país. Con un nivel de compromiso variable de los distintos actores sociales, siempre se tiende a hablar en términos vagos de lo que implica el mejoramiento de las instituciones y el clima de negocios. ¿Qué es lo que concretamente implica mejorar instituciones y el clima de negocios? Como siempre, no está de más recalcar que las buenas instituciones y el buen clima de negocios no nacen por generación espontánea. Las buenas instituciones y el buen clima de negocios se construyen, tal y como se construyen las reglas que permiten el funcionamiento eficiente de los mercados. En este sentido, Guatemala no es excepcional en la urgente necesidad de construcción institucional y decisivo mejoramiento del clima de negocios.
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