La agresiva propagación de los procesos de formación de nuevo discurso, principalmente impulsada por la prominencia de las redes sociales, nos dificulta realizar el ejercicio intelectual de la arqueología en el discurso: identificar fuentes históricas de producción de nuevos términos y actores, contraste y comparación de estructuras del discurso político, etc. Esto último cautivo mi pensamiento cuando, hará un par de años, escuché la intervención de un panelista en foro organizado por el Gobierno de Guatemala. Foros que tradicionalmente pretenden delimitar y fijar las fronteras de las cosas que se pueden decir y no sobre diversas temáticas sociales, económicas y políticas.…