Donde duerme Asturias
No hay en él ninguna flor, ninguna bandera, ningún mensaje. Nada. Inerte, seria y más fría que la brisa de esos primeros días del mes, la tumba de Asturias no refleja su grandeza ni los colores de su literatura.
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No hay en él ninguna flor, ninguna bandera, ningún mensaje. Nada. Inerte, seria y más fría que la brisa de esos primeros días del mes, la tumba de Asturias no refleja su grandeza ni los colores de su literatura.
Acompañada de otras tumbas extrañas que con el pasar de los años se han convertido en amigas, yace desnuda una lápida que se congela cada año con el frío parisino de enero. El cementerio Père-Lachaise es morada para el lugar de reposo de un Nobel cuya tumba pasaría inadvertida de no ser por la estela maya que la adorna; gris, inerte, incomprendida.Encuentro el camino con dificultad y merodeo entre mausoleos que se me antojan demasiado perfectos; parecen ilustraciones. Llego a la primera sección, y giro a la derecha, sobre la Chemin Du Coq 8 y me paseo sobre restos de…
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