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NUEVA YORK – Es notable la inflexibilidad con que los bancos centrales están decididos a subir los tipos de interés. En nombre de controlar la inflación, están dispuestos a causar una recesión, o a agravarla si se produjera por sí sola. Además, reconocen abiertamente que sus políticas provocarán sufrimiento, aunque no dicen que la peor parte se la llevará la gente pobre y marginada (y en Estados Unidos, las personas de color), no sus amigos en Wall Street.Como muestra un nuevo informe del Instituto Roosevelt, del que soy coautor, cualquier beneficio derivado de la reducción adicional de la inflación como…
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