El delicado balance del proceso electoral 2023

El ambiente político guatemalteco lleva varios años polarizado. Éste es un ambiente de desconfianza político-social y política judicializada, es un terreno fértil para teorías de la conspiración, ataques políticos y populistas, todo potenciado en las redes sociales. Las instituciones políticas y electorales están resintiendo las presiones de una ciudadanía desconfiada, una juventud cínica, de competidores políticos que buscan ser electos o por lo menos estar protegidos, una ciudadanía organizada fiscalizadora, de narrativas blanco-negro y medios de comunicación escépticos a la clase política. En este ambiente tóxico se desarrollarán los próximos ocho meses: las Elecciones Generales 2023. En medio del torbellino democrático los principales actores y fuerzas políticas buscarán verse lo menos afectadas por el cambio y en algunos casos salir beneficiadas, se armará el esqueleto para las interacciones políticas de los próximos cuatro años. Ante esto, las elecciones traerán complicados retos que las instituciones y los sectores democráticos deberán abordar