Cosas que no sabías sobre la historia de los perfumes

Aunque con frecuencia se atribuye el origen del perfume a la época de los egipcios, este se remonta a la Edad de Piedra, cuando los hombres quemaban maderas aromáticas y resinas que desprendían un olor agradable para complacer con humo a sus divinidades. Tiempo después, en Mesopotamia, en torno al año 3,500 a.C., los sumerios constituyen una civilización muy avanzada, con el desarrollo de canales y diques, la agricultura, un sistema de escritura y también ungüentos y perfumes. De acuerdo con una publicación de la Academia del Perfume, en una tablilla cuneiforme encontrada en Mesopotamia (hacia el año 1200 a.C.) los primeros perfumistas de la historia de los que existe constancia serían mujeres. Según la historia, las fragancias que elaboraban eran sustancias aromáticas que desprendían un agradable olor y a la vez tenían propósitos medicinales. En paralelo se desarrolla la civilización egipcia y hay constancia fehaciente de la elaboración de perfumes a partir de esencias naturales. Para los egipcios, el cuerpo y el espíritu vuelven a unirse en una segunda vida y por ello era necesario conservar el cuerpo. Así, los aromas y los perfumes juegan un importante papel en la momificación y en los ritos funerarios. Además, detallan que cuando se accedió a la tumba de Tutankamon se encontraron más de tres mil frascos, vasijas y ungüentos y, a pesar de haber transcurrido treinta siglos, se podía aún percibir el ambiente perfumado. Por otro lado, el perfume fue conocido en la India en la civilización del valle del Indo, del 3300 a.C. al 1300 a. C. La destilación del ittar, un perfume natural, se destaca en los textos ayurvédicos (doctrinas médicas del período posvédico, posterior al siglo VII a.C.). También en lo que se conoce como la antigua China, el perfume se guardaba en las populares “bolsitas perfumadas”, pequeños saquitos de tela o de hilo de oro que contienen hierbas aromáticas en su interior. El origen de estos fragantes “recipientes”, muy apreciados desde su creación por la civilización china, es aún un enigma, aunque existen distintas evidencias artísticas en numerosas obras pictóricas de sus dinastías. Su llegada a Europa Los últimos tiempos de Egipto conocen las invasiones persas, posteriormente las griegas de Alejandro Magno y finalmente las de los romanos. Todos estos cambios ayudaron a desarrollar el comercio desde la India hasta Europa y las materias para elaborar perfumes. La perfumería griega tuvo sus antecedentes en el siglo XIII a.C. Un importante vestigio del arte griego fueron los frascos y vasijas de cerámica que se usaron para guardar perfumes, auténticas obras de arte que hoy en día es posible observar en algunos museos del mundo. Cuando Roma conquista Grecia se siente seducida por sus costumbres, su arte y también por sus perfumes. Fue gracias al escritor romano Plinio que se supo que los elementos usados en la elaboración de estos perfumes fueron la oleosidad, las sustancias que dan el olor o cuerpo, los fijadores que prolongan la evaporación, la sal para que el aceite se conservara mejor y el colorante para mantener mejor el perfume ante la acción de la luz. Con el tiempo, se desarrollaron mejores técnicas de conservación y se fue registrando una botánica de los olores y de las calidades de las materias. La moda y el negocio hicieron evolucionar el perfume. El perfume en la Edad Media La publicación de la Academia del Perfume detalla que con el imperio bizantino hubo un resurgimiento del perfume en toda la zona del Mediterráneo oriental. La refinada cultura del perfume en la civilización árabe y la riqueza de materias primas llevaron al surgimiento de nuevas materias primas como el ámbar gris, el almizcle o el agua de rosas. En el siglo XII el rey Felipe II de Francia reconoció la profesión de perfumista, surgieron las primeras escuelas y, tras cuatro años de estudios, los aprendices ya podían ser maestros perfumistas. Por otro lado, a finales del siglo XIV, en 1370, una situación derivó en un importante hito con el “Agua de Hungría”. La Reina Isabel de Hungría, aquejada de problemas de salud y dolores reumáticos, recibió un elixir de un alquimista. El extracto estaba compuesto de flor de romero y aguardiente y algunas recetas también le atribuyen pétalos de rosa. La fórmula de este elixir crearía el primer perfume con una base de alcohol. Además de su agradable olor, se hizo muy popular luego que se le atribuyeran propiedades rejuvenecedoras, casi milagrosas. Del renacimiento al siglo XXI Con el Renacimiento, en los siglos XV y XVI surgen los perfumes a base de mirra, rosa, lirio, convirtiéndose en verdaderas armas de seducción. En 1533 Catalina de Médici se casó con el Duque de Orleans y con ella viajó un perfumista florentino, quien abrió una tienda en París. En la época del Barroco, en los siglos XVII y XVIII la perfumería triunfó en Versalles y las cortes de Francia, expandiéndose por Europa. Durante la época dorada de la corte de Luis XV, bautizada como “la corte perfumada”, el uso de un perfume por día se puso de moda a tal punto de que los criados bañaban en perfumes a las palomas y las liberaban durante las fiestas para que esparcieran los aromas a modo de ambientador. Tiempo después, en 1709, Jean-Marie Farina creó un perfume al que llamó Eau de Cologne (Agua de Colonia) en honor a la ciudad alemana en la que vivía. Se cuenta que se inspiró en el Aqua Mirabilis, una solución alcohólica perfumada con esencias de plantas, producida en la Edad Media en monasterios italianos. Hasta este momento, los perfumes estaban compuestos únicamente por ingredientes de origen natural hasta que la alquimia hizo posible la química de síntesis, creando moléculas que reproducían y recreaban olores, provocando una revolución olfativa que permitió la creación de nuevas fragancias. En 1828, Pierre-François Pascal Guerlain crea la compañía que lleva su nombre y que hoy en día sigue siendo una de las marcas más emblemáticas de perfumes. En los años 30 nacieron las fragancias llamadas “cuero”, con notas secas recordando el olor del cuero e inflexiones florales. Después de la Segunda Guerra Mundial, los costureros imponen las fragancias con carácter: cada uno con su estilo, se impone el perfume de alta costura para singularizarse. Si el perfume del siglo XX se enriquece con los avances de las moléculas, el del siglo XXI deberá resistir las modas e incorporar tecnologías revolucionarias. Los perfumes lifestyle de enseñas lúdicas y deportivas y de celebridades se ponen de moda, cantantes y actores se lanzan a crear sus propias esencias para sus fans, como punto de entrada a un mercado más casual y accesible. En 2020, la conciencia medioambiental se consolida como mucho más que una moda, dibujando un escenario con métodos de extracción respetuosos y certificaciones de buenas prácticas, sostenibles. En esta época tecnológica, el mundo de la perfumería se apoya de la inteligencia artificial, la cual facilita los procesos, como el pesado y las pruebas a los perfumistas. Te puede interesar: https://elperiodico.com.gt/economia/empresa/2022/10/04/fame-la-nueva-fragancia-femenina-de-paco-rabanne-encuentrala-en-perfumerias-fetiche/

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