Es difícil determinar hasta qué punto enfocarnos demasiado en problemas de coyuntura nos hace más productivos, así como establecer hasta qué punto las noticias sobre los mismos solo nos hipnotizan y entretienen por medio de chismes triviales y superfluos, que distraen, pero no resuelven. Con frecuencia, esfuerzos bien dirigidos en materia económica son interrumpidos por escándalos cortoplacistas que desvían la atención lejos de cambios sustanciales que potencialmente podrían mejorar nuestras condiciones económicas. Mientras tanto, impera una visión colectiva obsoleta y hegemónica que constantemente lucha por conservar estructuras existentes sin realmente observar qué tan disfuncionales, restrictivas o ineficientes sean. Con frecuencia,…