Cervantes
Piedra de Toque
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Piedra de Toque
Mi primera tentativa para leer Don Quijote de la Mancha fue un fracaso. Estaba todavía en el colegio y las palabras antiguas, que debía consultar a cada paso en el diccionario, y las frases tan largas me confundían. Terminé por rendirme. Años después, cuando estaba en la universidad, un precioso librito de Azorín, La ruta de Don Quijote, me incitó a intentarlo de nuevo. Esta vez sí, lo leí de principio a fin, gozando en cada frase y en cada página, con la historia de esa pareja dispar, el alargado caballero idealista, empeñado en transformar la realidad para que se…
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