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Cuando vivía en Lon-dres, leía muchas revistas, que en Inglaterra solían ser excelentes. Hasta que me di cuenta de que leer The Economist, por ejemplo, en todas sus secciones, me tomaba casi una semana y me impedía leer los libros —las novelas, los poemas, los ensayos— donde están las verdaderas ideas. Ahora solo leo dos revistas semanales y mensuales, The Times Literary Suplement, para saber qué se escribe en el vasto mundo, y, en español, Letras Libres, que sale en México y en España (con un treinta o cuarenta por ciento de variantes en ambas publicaciones). Estas dos últimas, creo,…
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