Publicidad
Esta reflexión pretende unir varios puntos para entender por qué, después de sobrevivir a una pandemia, hemos amanecido viendo una guerra, como todas absurdas, y con la gasolina a Q40 por galón. Haber pasado por dos años duros, tratando de preservar la vida de toda la humanidad, reponiéndonos a cada golpe que nos trajo el coronavirus, Wuhan y la OMS los que nos “enseñaron” que nuestro mayor riesgo era tocar superficies, el periódico o billetes; salir a la calle, comprar víveres o abrazar a nuestros seres queridos mayores, y que la mejor forma de preservar nuestra vida era a costa…
Publicidad
Publicidad