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“Hacer teatro es implicarse en la vida social, comprometerse en las luchas de la sociedad”. Alfonso Sastre (dramaturgo español) Hace diez años fueron asesinados Manuel Meme del Cid y Osman Orlando Pichi Santillana, pertenecientes al movimiento teatral del país. No resulta un hecho aislado en la historia del teatro guatemalteco. No puedo olvidar aquel trágico 28 de febrero de 1984: Norma Padilla atropellada por un automóvil que pareció surgir de la nada. Nadie sabe todavía nada ni se explica nada. Eliminaron a una de las grandes teatristas y funcionarias de la cultura que ha dado el país. Norma comenzó muy joven junto a Ligia Bernal, Matilde Montoya, Carmen Antillón y Consuelo Miranda como discípulas de María Solá de Sellarés, catalana traída por el gobierno de Arévalo en 1946 para enseñar teatro moderno. Actuó en el histórico montaje de La casa de Bernarda Alba en los años sesenta, dirigida por
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