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El mundo finalmente ha despertado al imperativo existencial de garantizar una rápida transición a una economía verde. Las finanzas jugarán un papel fundamental en ese proceso. Pero si bien las instituciones financieras han dado muestras de querer contribuir –emitiendo bonos verdes e instalando lamparillas ecológicas–, son demasiados los que siguen otorgando capital a la industria de combustibles fósiles y respaldando a otras partes de la economía que son incompatibles con una transición verde. Esta financiación alimenta activamente la crisis climática. Muchas de estas inversiones son de larga vida. Descubrir, desarrollar y explotar plenamente un nuevo campo petrolero lleva décadas y…
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