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En el mundo que se hunde, es mucho mejor opción, continuar con nuestras vidas, afrontado cada día, omitiendo las tristezas… y subrayando alegrías. El circo, ya me aburrió, da asco y crea pobreza, decepciones y asperezas. Hoy hago unas calaveras, aludiendo a su elenco, mismos que son muy mañosos; entre mentiras y show, nos ven cara de babosos. Todos tienen en común, estar en plena campaña, pero no con el dinero de sus correligionarios, sino viviendo a lo grande… con el pisto del erario.
Alejandro: Con nombre de conquistador y fama de disoluto, con su labia redundante y su imagen de impoluto; se encuentra –sin percatarse– de pronto, ante El Señor. Oscuro administrador, narcisista y mentiroso, hoy luce alicaído, ante el Supremo y Glorioso. Su suerte ya estaba echada, no lo quieren atender, lo mandaron al infierno… a gemir y padecer.
Thelma: De idealizada heroína a villana singular, con ansias locas, rabiosas de llegar a gobernar. Casada con los demócratas y azuzando desde lejos, la muerte la sorprendió, entre bótox, activismo, mil retoques y aparejos. El demonio la recibe, con alfombra y lucecitas y la condena a morar, con su amiga la Sandrita.
Allan: Despertó sin darse cuenta, en un potingue de estiércol, no se había percatado… pero ya se había muerto. Poco a poco se adaptó, se sintió muy complacido; al fin de cuentas –pensó– es así, como he vivido.
Felipe: Un demonio lo llevó, sucio y “envaselinado”, lo encontró haciendo trinquetes… los por él acostumbrados. Esgrimiendo ideología, mientras fomenta anarquía; hablando de los valores, mientras causa sinsabores. A ese no lo quiero aquí –exclamó el diablo mayor– llévenselo a Miguelito… que disfruten del calor.
Jordán: Presentando un nuevo amparo, con ganas de figurar, murió al fin –“politiqueando”– y alardeando sin cesar. Quienes tanto lo “admiraban”, no asistieron al entierro, hoy rinden nuevo homenaje… a quien agarró su hueso.
Aldo: Haciendo triste alharaca, y con su saco rosado, se lo llevó la calaca y lucía atolondrado. Para no verse tan mal, llevaba su mascarilla; se vio de pronto postrado –ante el feroz Belcebú–, rindiéndole pleitesía. Satanás lo miró fijo y arrancándole el barbijo, ¿qué es esto? –exclamó airado– se parece mucho a mi hijo.
Consuelo: Observando y observando y entre funestos desvelos, se murió la que fue siempre, de los ruines el consuelo. Su hora de rendir cuentas, le llegó sin esperarlo, la huesuda –sentenció– – ¡Apañaste mil agravios!… te queda ahora viajar, al confín de lo avernos, te esperan el desconsuelo y tus cuates legendarios.
Edwin: Profetizando desgracias, se le paró el corazón, no fue COVID, ni fue peste… fue por triste desazón. Cancelaron su contrato de vivir sin hacer nada, de engañar a un pueblo lerdo, asustarlo y controlarlo. Para su infausta sorpresa, se le apareció Galeno… – Que vergüenza me provocas –le dijo con desapruebo–, empujándole al abismo… donde sigue siendo el mismo.
Sandra: Llegó Sandra a los infiernos y se sintió confortable, allí estudió la primaria y aprendió el aciago oficio, de parecer solidaria. Se propuso ser la jefa y trató de seducir, al diablo que –sin tapujos– no se detuvo en decir: – ¿Qué te pasa? no te trago, ni siquiera con banano, sufrirás la muerte eterna, con tu exmarido el janano.
¡Piénselo!
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Novak Djokovic, número 1 mundial y defensor del título, fue capaz de superar fuertes dolores abdominales para batir al estadounidense Taylor Fritz (31º), por 7-6 (7/1), 6-4, 3-6, 4-6 y 6-2, este viernes en la tercera ronda del Abierto de Australia.
El canciller Pedro Brolo viajará a Washington para reunirse con autoridades de EE.UU. y hablar sobre temas migratorios.
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