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Entre los activos intangibles de un país, con un importante valor, se encuentra la confianza que otorga la sociedad a la economía en la que vive. El funcionamiento de una sociedad y su economía se basa en la confianza. Este elemento clave permite que los agentes se relacionen con otros y hagan negocios creando renta y riqueza. Las relaciones institucionales unidas a la confianza, representan el capital social, principal activo para el desarrollo de un país. Desde mediados de los años setenta y comienzos de los noventa, la confianza ha jugado en favor del desarrollo de los países. Si nos detenemos a entender las diferencias en la renta por habitante de EE. UU. y el país más pobre del mundo ubicado en África, entendemos el contraste en los niveles de confianza institucional. En Burundi, la ausencia de confianza en las instituciones y normas claras hace que sea un Estado fallido
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